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  Alfonso
Sastre
 
La sátira moral y la parodia política forman parte esencial de la cultura literaria y musical de occidente.
¡Mal signo seria que esto se
castigara entre nosotros! Ello significaría que ya estamos demasiado enfermos.
Mis aplausos y mi admiración para Negu Gorriak.
 
 
   
 3 DE ENERO DE 1994  
 
El juzgado de Instrucción número 4 de Donostia, desestima la querella presentada por Enrique Rodríguez Galindo.
Según el juez la letra de la canción contiene “Palabras contundentes que incorporan un significado ácido y mordaz pero legítimo dentro del campo de la libertad ideológica”. El magistrado sostiene además que la letra “No es sino una referencia incluso prácticamente literal” al artículo del periódico “Egunkaria” publicado el 12 de marzo de 1991. El juez añade que por tanto “Ha de interpretarse necesariamente en relación con las circunstancias especificas existentes al tiempo de sacar al mercado discográfico el LP “Gure Jarrera” .

Respecto a la fotografía del coronel que incluye el libreto , la sentencia considera que la imagen obtenida, durante un acto oficial y público, sin montaje fotográfico alguno añadido, ni se trata de “una fotografía obtenida durante un momento de intimidad” ni que la misma “caraturice o ridiculice de alguna manera la figura del demandante”

El coronel, que no se queda conforme con el resultado, recurre la sentencia, pasando el caso a la Audiencia Provincial de Gipuzkoa.

 
  DERECHO A OPINAR
Miguel Castells y Maria José Aguado [Abogados]
 

Es la primera vez que sepamos, que se lleva la canción social ante los tribunales del Estado Español. El pleito tiene mucha trascendencia porque la acción ejercitada por el coronel Rodríguez Galindo entra en el terreno de la creación artística y, de prosperar, dicha acción pondría en cuestión el derecho a existir de la canción protesta y del arte social.

En efecto, las fuentes del conocimiento que puede utilizar el autor de la creación artística para conocer la realidad social no difieren mayormente de las que tiene el hombre de la calle y entre ellas esta, hoy en día, la prensa.

Pues bien, si la prensa ha podido informar, y lo ha hecho abundantemente, sobre la corrupción policial en relación con el tráfico de drogas ¿Cómo negar a la canción social el derecho a pronunciarse sobre el tema y más aun, tomar como punto de partida una noticia difundida por la práctica totalidad de la prensa?.
La sentencia resulta jurídicamente intachable conteniendo un estudio jurídico profundo y muy acertado, de acuerdo con la doctrina constitucional actual y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

 
 
 
   
 6 DE JUNIO DE 1995  
 
La Audiencia Provincial de Gipuzkoa resuelve a favor de Enrique Rodríguez Galindo. El juez estima parcialmente su demanda y condena a Negu Gorriak a pagar 15 millones de pesetas al coronel, la prohibición de incluir la canción en cuestión en sucesivas reediciones del disco y les prohíbe interpretarla en directo. La fuerte suma de dinero hace correr un serio peligro a la actividad discográfica de Esan Ozenki Records con la posibilidad de, en caso de que se materialice la sentencia, se lleve a cabo el embargo de los masters de todos los grupos del sello y el bloqueo de las cuentas bancarias del mismo, lo que pondría fin a su trayectoria.

En opinión de Iñaki González, abogado del guardia civil, la nueva sentencia supone “Un reconocimiento profesional a la figura del coronel y un acto de desagravio judicial a las campañas de desprestigio” y la califica de “muy gratificante”.

Se da la circunstancia de que medios de comunicación que en su momento difundieron la noticia que relata en su canción el grupo, como la revista “Interviú” o los diarios “Diario 16” o “Egin” entre otros, fueron demandados por Enrique Rodríguez Galindo y ya fueron absueltos.

 
  INVIERNOS CRUDOS (NEGU GORRIAK)
Miguel Castells [Abogado de Negu Gorriak y Esan Ozenki Records]
 

La libertad de expresión es la libertad para expresar pensamientos oideas. Por ello, es consecuencia de la libertad de pensamiento y de la libertad ideológica, que reivindican, respectivamente, libertad para pensar y libertad para tener ideas propias. En la evolución de la humanidad, la reivindicación política de la libertad de pensamiento –porque no dejan ni pensar- y de la libertad ideológica precede de la reivindicación de la libertad de expresión. La libertad de pensamiento no es posible si no existe previamente un pensamiento. Tampoco cabe la libertad ideológica si no existe previamente un conjunto de ideas sobre el mundo y las cosas. Pero libertad quiere decir poder escoger entre las cosas diferentes. No hay libertad cuando no se puede optar por un pensamiento distinto al oficial.

El problema surge porque la lealtad al pensamiento lleva a la acción y de este modo la disidencia en el pensar puede llevar a la desobediencia o a la rebelión. El problema surge claro está, para quienes están en el poder. La imposición ideológica o del pensamiento ha sido históricamente la base del status imperante.

Se reprime el pensamiento disidente. Se protege a los individuos contra si mismos, es decir contra la tentación de pensar. Se pretende habituarles a la falsa seguridad que da el no pensar, el vivir en la sociedad de pensamiento uniforme, dejando que los que mandan piensen por los demás (hoy televisión, cadenas de prensa, etc. ...)

Pero la historia reseña que los regimenes caen y el pensamiento y las ideas acaban triunfando. Ni la cicuta sirvió contra la filosofía de Sócrates, ni la hoguera contra los descubrimientos de Servet, ni la prisión contra las sátiras de Quevedo, ni el fusilamiento contra la obra de García Lorca, ni el ninguneo contra el pensamiento de Bergamin.

Hoy aquí existen gentes que no asumen la mansedumbre del cordero de rebaño que tiene su propia idea de la razón y de la justicia. Que ejercitan a diario el derecho de la persona a convertirse en si misma y seguir siendo ella misma frente a las técnicas manipuladores de la personalidad y de la psicología de masas empleadas desde el poder.

La libertad de palabra y de pensamiento no es algo acabado. La libertad de expresión y todas las libertades son una sóla libertad: LA LIBERTAD con mayúsculas, bandera subversiva hoy como ayer y como mañana, utopía hacia la que no podemos dejar de avanzar.

La libertad de expresión sólo puede concebirse con un carácter crítico y un contenido alternativo, destinados a cambiar la sociedad.