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  24/12/06
Damo Suzuki & Haiku Kaiku: tempestad en el museo





























 
 
El viernes pasado el auditorio del Museo Guggenheim fue testigo de una de las citas que mas interés ha concitado este año en Bilbao. El festival vanguardista Musica ex Machina, MEM, traía a Bilbao a Damo Suzuki, el que fuera vocalista de Can, una de las bandas más excitantes e influyentes de los 70 e impulsora del movimiento krautrock. Cuatro de sus discos más fundamentales tienen la voz de este japones, que sustituyó en la banda al norteamericano Malcolm Mooney en 1971. Su talento vocal único, su presencia escénica y su larga experiencia en la composición instantánea se han ido concretando a lo largo del tiempo en el proyecto Damo Suzuki´s Network un gira sin fin en la que el músico se ha ido citando en sesiones únicas con un buen numero de músicos a lo largo de más de treinta países.

No es la primera vez que este improvisador incansable visitaba Euskal Herria. El año pasado pasó por otra de las citas más vanguardistas de la agenda cultural de nuestro país, el ERTZ, con base en Bera. En aquella ocasión lo hizo junto a la banda ZU y el músico Xabier Iriondo. En Bilbao Damo Suzuki se hizo acompañar por la efímera banda, Haiku Kaiku. Una alineación de lujo para este encuentro puntual compuesta por: Rober! (Atom Rhumba) y Marky Lopez (Grimorio, Doo Rag, Electric Garden) a las guitarras junto a los baterías Xabel Vegas (Manta Ray, Xabel Vegas & Las uvas de la ira) y Galder Izagirre (Dut, Kuraia). Junto a ellos, dos Negu Gorriak; Mikel Abrego (Anari, Inoren Ero Ni) también a la batería, y Kaki Arkarazo, que desde la mesa de sonido fue el responsable que hizo que la sesión sonara perfecta.

Cada concierto de este artista singular es un evento único por concepto, pero además esta fue una noche especial. Los que llenaron el auditorio del Guggenheim, fueron testigos de una sesión bien planteada, en la que el grupo disfrutó con mayúsculas, dibujando escenarios donde descansaran o se retorcieran atormentadas las improvisaciones de Suzuki. Detrás de el, un grupo inspirado que era capaz de convertirse en una maquina de descargas rítmicas de rock implacable y cuando el momento lo requería, girar el timón hacia paisajes sonoros llenos de inquietud y sobrecogimiento donde respirar y volver a caer irremediablemente en la tormenta. Un planteamiento singular, tres baterías y dos guitarras con un Damo Suzuki pletórico y con un Rober! que hizo las veces de director de una orquesta de maquinaria bien engrasada, que supo llevar a muy buen puerto el sentido del experimento.


Enlaces:
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