Negu
Gorriak encuentran una razón para la
esperanza: "Difundir la idea". Bajo
ese título se articula un disco más
positivo que optimista, como el "Home"
de Spearhead, que deja atrás la oscuridad
del anterior, pero sin olvidarla. La última
revolución romántica de los
zapatistas ("primero la gente"),
el inicio del proceso de paz irlandés,
el nacimiento del primer hijo de Fermin y
sus estancias en Centroamérica ayudan
a fijar el contexto de un álbum que
abre el puño y muestra la mano, aunque
no se la tiende a cualquiera. Que una cosa
es ser positivo y otra bien diferente pecar
de ingenuidad. Pariente lejano del "Casa
Babylon" de Mano Negra, "Idea zabaldu"
incorpora un aluvión de sonidos, muchos
latinos, que no siempre casan con fluidez
porque se pierde precisión al insistir
en el cruce de demasiados estilos en un mismo
tema y al recurrir a riffs a menudo muy tópicos.
También pone sobre el tapete la dificultad
de Fermin para adaptar su voz a registros
más cadenciosos. Dificultad que él
mismo reconoce y evita al ceder el micro a
Sorkun (del grupo Kashbad) en "Nire baitan
daude biak" y a Irantzu Silva y Javi
Pez en "Aizu" (puro De La Soul),
una hermosa canción para comprender
a los enfermos de sida y luchar contra su
marginación. Los sentimientos positivos
de fraternidad internacionalista ("Salam,
agur") se alternan con mensajes de comprensión
y respeto, de denuncia contra el sexismo y
la explotación infantil, a favor de
la libertad de expresión y con una
confesión valiente: "En mi interior
se alojan el tirano y el liberador. / La lucha
comienza dentro de mí. / Liberemos
nuestras mentes". Casi punto y final.
Apunta al 8 y se queda en 7.
I[
XAVIER CERVANTES / ROCKDELUX ] |